El papel pintado es otra manera infalible de dar vida y llenar estilo cualquier pared de tu casa. Puede ser la del recibidor, como aquí, pero también la pared que enmarca el office, la de la cama en un dormitorio infantil… Las posibilidades son casi infinitas.
Además de tener clara la pared donde vas a usarlo, el diseño del papel también es importante. El espacio con el que cuentas, la luz natural que tenga y tu intención decorativa te ayudarán a elegirlo.
Si, como aquí, quieres darle mucha personalidad y un toque sofisticado a la pared del recibidor, opta por un papel pintado con un estampado grande y hasta un poco excesivo. Si tienes luz y espacio, no hay problema.
Aquí se ha combinado con dos espejos con marco dorado y una consola de madera, por lo que la elegancia y la calidez están aseguradas. A la hora de colocarlo, un papel pintado estampado siempre es más difícil de poner porque se deben casar sus motivos. Por contra, es más sufrido y se ensucia menos que uno clarito.