La energía de la aguamarina está relacionada con el agua, elemento que moviliza las emociones, por eso la aguamarina ayuda a calmar las emociones. En la antigüedad, los marineros creían que la aguamarina era un regalo de las sirenas que los protegía de morir ahogados, decoraban sus velas con piedras de aguamarina para evitar así las malas mareas.
Este poder tranquilizante es muy beneficioso para personas introvertidas a las que les cuesta expresarse con fluidez y desenvolverse en ciertas situaciones de presión o frente al público.
Siguiendo en el plano espiritual, la aguamarina aporta una gran sensación de bienestar del que nuestro sistema enérgico se beneficiará al inspirar sentimientos positivos como alegría y serenidad que ayudan a aumentar la autoestima.
No olvidemos que la aguamarina es una de las piedras preciosas más usadas en la joyería debido a su gran dureza (tiene un valor de 8 en la escala de Mohs) y que permite una gran diversidad de cortes.