Para conseguir el ambiente cálido y de calma que buscamos, la luz natural es clave. Aquí se consigue gracias a los estores en tonos blancos, así como la decoración en tonos neutros, que suman calidez al espacio. El espejo con cuarterones que decora la chimenea da esa sensación de dinamismo y profundidad que necesita la estancia.
En la parte de los textiles, vemos que se combinan los tonos naturales, beige, ocre y caramelo que rompen con el color blanco de las paredes y consiguen crear ese refugio donde reina la paz.