Pero hay más cosas que solo nos pasan a los que amamos las plantas sobre todas las cosas.
Isabel Lavín
Periodista especializada en decoración
1. LAS PLANTAS INVADEN TU SALÓN...
…Y el comedor, el dormitorio, la cocina y ¡hasta el baño! Suma y sigue. Y es que ¿sabes qué pasa? Cada vez quieres más plantas. Las necesitas. Son una adicción, por eso pondrás más de una (y de dos, y de tres) en cada estancia. De hecho, ha llegado un punto en el que no caben, pero te encanta la sensación de bosque que desprende tu casa. Aunque los ultimátums de tu pareja ya empiezan a ser una constante.
2. TE EMPIEZAN A GUSTAR LAS PLANTAS GRANDES, LAS PEQUEÑAS, LAS TROPICALES...
Las de flor, las sin flor, las palmeras, las aromáticas… ¡TODAS! Aunque en el fondo de tu corazón tienes tus favoritas. ¿Ese helecho que te recuerda a tu madre? ¿O ese espatifilio tan agradecido y que tan bien ha crecido en tu salón? Lo bueno es que cada vez sabes más sobre los cuidados que necesitan. ¡Ya eres una enciclopedia de plantas!
3. TE SABES LOS NOMBRES BOTÁNICOS DE TODOS TUS 'HIJOS'
¡En cuanto llega a casa la sumas a tu libro de familia! Y hay que conocer todos sus orígenes. Como aficionado a la botánica, sabes que es básico saber cuáles son los nombres de tus plantas y de dónde proceden. Y, ¡para qué engañarnos! Queda supercool cuando alguien te pregunta qué planta es y no te limitas a decir, «un poto».
4. Y TE ESCANDALIZAS CUANDO ALGUIEN CONFUNDE UN CACTUS CON UNA CRASA
A ver ¡es que no son lo mismo! Esto es tan importante como saber su origen. Y es que tanto crasas como cactus están emparentadas, ambas son plantas suculentas, pero han evolucionado de forma diferente. Mientras que los cactus guardan las reservas de agua en el tallo y han transformado sus hojas a pinchos para protegerse de los animales; las crasas reservan el agua en las hojas que son carnosas y, algunas, cuentan con una pelusa que las protege. De nada.
5. TU DUCHA SE CONVIERTE EN UNA JUNGLA TROPICAL
Vale que pasa de ciento en viento y solo en verano cuando hace mucho calor y ellas necesitan un refrescón. Pero, de vez en cuando, te encanta llevar todas tus plantas a la ducha, encender la alcachofa y dejar que sientan cómo ‘llueve’. A tu chico, no le gusta tanto cuando anda con prisa.
6. VAS 'ROBANDO' Y PIDIENDO ESQUEJES
Cada vez que llegas a un sitio nuevo, pones a funcionar tu ‘radar de plantas’ hasta que detectas una especie ¡que tú no tienes! Y muy educadamente, te acercas al dueño y con tu mejor cara le pides un esqueje de esa planta tan hermosa que tiene en la esquina. «¿Que no sabe usted qué especie es? Eso lo miramos en un momentín», sacas el móvil y te conectas a una de esas apps de plantas que te tienen enganchada. Y después de una charla informativa –muy útil desde tu punto de vista y con un público muy educado por el otro–, te despides prometiendo mandar fotos e instantáneas de su evolución. ¡Te encanta hacer crecer tu familia!
«¿¡Ah, que vamos a ese restaurante cerca de casa de tu madre!? Pues pasamos por la tienda de plantas que hay al lado, ¿nooooo?», dices con esa cara que se le pone a los niños cuando les dan un juguete nuevo. Y tu contrincante sabe que no tiene salida. Hoy, ¡visita al vivero! ¡Yuju!
8. COMPRAS PLANTITAS HASTA CUANDO VAS AL SÚPER
Aun sabiendo que no te queda espacio para colocarla en el salón. Y porque, aunque cuando has ido al vivero ya te has llevado humus, fertilizante y un par de macetas nuevas, no puedes resistirte a la tentación de las ‘plantas baratas’. Las ves ahí tan solas, bajo esa luz blanca tan triste… ¡Cómo no las vas a sumar a tu familia numerosa!
9. TU PERFIL DE INSTAGRAM ES MÁS VERDE QUE LAS MONTAÑAS ASTURIANAS
Ahí tienes las fotos de todos tus bebés. El poto, el ficus, la monstera, la cinta y todas las colgantes que decoran la terraza. Y todas las cuentas que sigues son iguales. Menos mal que la locura es compartida, piensas a veces. De hecho, aquí te dejamos los mejores consejos para triunfar en Instagram con tu jungla urbana.
10. Y SI TÚ SALES EN ALGUNA FOTO, DE FONDO SALEN TUS PLANTAS
Porque a ti no te gusta salir si no es con un fondo vegetal y frondoso. Y si salen tus plantitas de interior, pues mejor que mejor. Así tu prima ve lo bien que está creciendo el esqueje de helecho que te dio el verano pasado y que ahora luce frondoso en tu terraza.
11. TEMES IRTE DE VACACIONES
Cuando te vas unos días fuera, coges la agenda y llamas a todas tus personas de confianza con la esperanza de que tengan tiempo para dedicárselo a tus pequeñas. Menos mal que te conocen y saben que no te irás si no te prometen y te reprometen que irán, como mucho, cada tres días. «¡Y no las ahogues!», le recuerdas, dudosa, en tu último mensaje. Aun así dudas, si irte, no sería la primera vez que cancelas un viaje porque no encuentras ‘niñera’.
12. TIENES TODA LA EQUIPACIÓN DE UNA 'PLANT LOVER'
No te falta ni tu gorra, ni tus guantes de podar, por supuesto tus tijeras, tu espacio para semillas, tu rincón con productos de cuidado para las plantas, ¡hasta te animas a hacerte tu propio semillero! Más de uno envidiará tantos cuidados, pero qué le vas a hacer, las plantas te hacen sentir ¡taaaan bien!
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