Del salón, al dormitorio, pasando por la cocina y el baño. Te damos los mejores consejos para que ilumines tu casa responsablemente y sin gastar de más. Sigue estos consejos y consigue espacios cálidos y acogedores sin que suva la factura de la luz.
CÓMO ILUMINAR EL SALÓN
Antes de explicarte cómo poner las luces en el salón, debes conocer ciertos términos que te ayudarán a elegir tus bombillas:
- Vatio (W). Mide la potencia eléctrica de la lámpara o bombilla.
- Lumen (lm). Mide el flujo luminoso que emite un punto de luz. A más lúmenes, más “brillante” será la luz emitida.
- Lux (lx). Mide la cantidad de luz que proyecta un punto en una superficie. 1 lux equivale a 1 lumen por m2.
Para iluminar el salón, distinguiremos entre tres tipos de luz: general, ambiental y puntual. Estas son sus diferencias y cómo llevarlas a tu salón.
- Luz general: lo habitual es ponerla en el techo. Se distribuirá mejor. Puedes ponerlos con lámparas cenitales, focos (1 por cada m2) o tiras led perimetrales. En cuanto a la temperatura de la luz, ha de ser cálida o neutra (3.000 o 4.000 K). Entre 700 y 800 lúmenes.
- Luz ambiental: se coloca en zonas en penumbra: rincones, aparadores, mesitas… Llévala mediante apliques, lámparas de pie y de sobremesa y tiras LED. Su temperatura debe ser luz cálida (2.800- 3.000 K) y de 400 lm por cada punto de luz.
- Luz puntual: es la que se coloca donde haca falta más intensidad: para leer, estudiar… Llévala a tu salón mediante lámparas de pie o de mesa, flexos y apliques telescópicos. Lo ideal es que la temperatura de la luz sea neutra (4.000 K) y con un mínimo de 700 lm por lámpara.